* Keylogging: Esto registra cada pulsación de tecla realizada en el dispositivo infectado, capturando contraseñas, correos electrónicos, números de tarjetas de crédito y otra información confidencial.
* Captura de pantalla: Spyware puede tomar capturas de pantalla de la actividad de la pantalla del usuario, revelando todo, desde sesiones bancarias en línea hasta documentos personales.
* Acceso de cámara web y micrófono: El software malicioso puede activar la cámara web y el micrófono de un dispositivo sin el conocimiento del usuario, la grabación de videos y el audio de sus actividades.
* Robo de datos: Spyware puede robar varios tipos de datos personales, incluido el historial de navegación, listas de contactos, datos de ubicación (GPS) y archivos almacenados en el dispositivo. Estos datos se pueden vender en la web oscura o usarse para el robo de identidad.
* Seguimiento de la actividad en línea: Spyware monitorea el comportamiento de navegación en línea, los sitios web de grabación visitados, las consultas de búsqueda e incluso las interacciones en las redes sociales. Este perfil detallado de la actividad en línea se puede utilizar para publicidad dirigida, ataques de phishing o para construir una imagen completa de la vida del individuo.
* Control y manipulación: Algunos spyware avanzado permiten el control remoto del dispositivo infectado, lo que permite a los atacantes instalar más malware, eliminar archivos o incluso manipular la funcionalidad del dispositivo.
* Exfiltración de datos: Los datos robados se transmiten en secreto a un servidor remoto controlado por los atacantes, a menudo sin el conocimiento del usuario.
* adware: Si bien no es estrictamente spyware, el adware a menudo se incluye con él. Adware bombardea a los usuarios con anuncios intrusivos y no deseados, lo que puede ser invasivo de la privacidad al rastrear su comportamiento e intereses para adaptar los anuncios.
La invasión de la privacidad es multifacética porque los datos recopilados se pueden usar de varias maneras dañinas, desde una simple molestia (a través de anuncios emergentes constantes) hasta delitos graves como el robo de identidad y el chantaje. El daño va más allá de simplemente robar datos; También incluye la sensación de vigilancia constante y la erosión de la confianza en la tecnología y la seguridad personal.