1. Cifrado débil: WEP utiliza una clave de 40 bits o 104 bits, que se considera extremadamente débil para los estándares actuales. Esta longitud clave relativamente corta permite a los atacantes usar métodos de fuerza bruta para descifrar el cifrado con relativa facilidad.
2. Vulnerabilidad a los ataques IV (vector de inicialización): WEP utiliza un breve vector de inicialización (IV) que está destinado a hacer que cada paquete sea único, pero desafortunadamente, estos IV pueden repetirse. Esto permite a los atacantes analizar el tráfico encriptado e identificar patrones, lo que finalmente les permite descifrar los datos. Esto se conoce como un ataque IV.
Estas debilidades significan que WEP puede comprometerse fácilmente, lo que lo hace completamente inadecuado para una comunicación segura. Se recomienda usar protocolos de seguridad más robustos como WPA2 o WPA3 para redes inalámbricas modernas.