* Congestión del canal: Wi-Fi opera en frecuencias de radio específicas, divididas en canales. Si muchas redes cercanas usan el mismo canal (especialmente los canales de 2.4 GHz, que son menos y más llenos), se produce interferencia, lo que lleva a velocidades más lentas y señales más débiles. Cambiar a un canal menos congestionado puede aliviar esto.
* Interferencia de otros dispositivos: Otros dispositivos, como microondas, teléfonos inalámbricos y dispositivos Bluetooth, pueden interferir con las señales Wi-Fi. Cambiar los canales puede ayudar a evitar las frecuencias superpuestas.
* No es una solución garantizada: Incluso si cambia de canales, otros factores aún podrían estar limitando su recepción, como la distancia del enrutador, los obstáculos físicos (paredes, muebles) y limitaciones del enrutador.
En resumen: Cambiar los canales es un paso de solución de problemas que vale la pena, pero no es una solución mágica. Si está experimentando una mala recepción de Wi-Fi, intente cambiar los canales, pero también considere otros factores y los pasos de solución de problemas. Herramientas como los analizadores de Wi-Fi (aplicaciones para teléfonos inteligentes o software de computadora) pueden ayudarlo a identificar los canales menos congestionados de su área.