Las características clave de la computación ubicua incluyen:
* Invisibilidad: El poder informático está integrado en objetos cotidianos y se vuelve en gran medida invisible para el usuario. Los usuarios interactúan con la tecnología indirectamente, centrándose en la tarea en lugar de la tecnología en sí.
* Conciencia del contexto: Los sistemas informáticos ubicuos son sensibles a su entorno y la ubicación, actividades y preferencias del usuario. Adaptan su comportamiento en función de este contexto.
* Conectividad: Los dispositivos están en red, lo que permite que la información fluya sin problemas entre ellos.
* Proliferación: Una gran cantidad de dispositivos informáticos están presentes e interconectados.
* Diseño centrado en el ser humano: El enfoque está en mejorar la vida humana y la productividad en lugar de solo el avance tecnológico.
Ejemplos de computación ubicua incluyen:
* casas inteligentes: Dispositivos que controlan la iluminación, la temperatura, la seguridad y los sistemas de entretenimiento basados en la ocupación y las preferencias.
* Tecnología portátil: Relojes inteligentes, rastreadores de ejercicios y otros dispositivos que se reúnen y proporcionan información personalizada.
* Internet de las cosas (IoT): Dispositivos conectados que comunican e intercambian datos, como refrigeradores inteligentes, termostatos y sistemas de seguridad.
* Servicios basados en la ubicación: Aplicaciones que proporcionan información adaptada a la ubicación actual del usuario, como aplicaciones de navegación o experiencias de realidad aumentada.
Si bien ofrece un inmenso potencial para la conveniencia y la eficiencia, la informática ubicua también plantea preocupaciones sobre la privacidad, la seguridad y la dependencia de la tecnología. La integración perfecta de la tecnología en nuestras vidas requiere una cuidadosa consideración de estas implicaciones éticas y prácticas.