* El tipo de rastreo: Una simple búsqueda de Whois para encontrar al propietario registrado de un bloque de direcciones IP puede ser casi instantánea. El rastreo más profundo, que implica análisis o investigación de paquetes en múltiples redes, puede llevar horas, días o incluso más.
* La cooperación de las partes involucradas: Si la dirección IP pertenece a un ISP u organización grande que está dispuesto a cooperar con una investigación legítima (por ejemplo, aplicación de la ley), el rastreo puede ser significativamente más rápido. Si la dirección IP está asociada con una entidad menos cooperativa, o si la dirección está enmascarada o anonimizada, el rastreo puede volverse mucho más difícil y lento.
* La tecnología utilizada: Las herramientas y técnicas sofisticadas pueden acelerar el proceso, mientras que los métodos manuales serán mucho más lentos. El acceso a bases de datos especializadas y sistemas de monitoreo de red también juega un papel.
* La ubicación e infraestructura de la dirección IP: El rastreo de una dirección IP dentro de una red bien documentada y de fácil acceso será más rápido que rastrear una dentro de una red menos bien mapeada o más compleja.
* El nivel de detalle necesario: Simplemente identificar la ubicación geográfica general de una dirección IP es más rápida que determinar la ubicación física precisa del dispositivo utilizando esa dirección.
En resumen, si bien se puede obtener cierta información básica casi de inmediato, una investigación exhaustiva para identificar al usuario específico detrás de una dirección IP puede variar de minutos a semanas, o incluso más, dependiendo de los factores anteriores y los recursos disponibles.