* Motores de representación: Diferentes navegadores (Chrome, Firefox, Safari, Edge) usan diferentes motores de renderizado para interpretar y mostrar páginas web. Estos motores pueden interpretar CSS de manera ligeramente diferente, lo que lleva a variaciones en el diseño, el espacio y la representación de fuentes.
* Sistemas operativos: Los sistemas operativos (Windows, MacOS, Linux) tienen diferentes bibliotecas de fuentes, configuraciones del sistema (como escala) y estilos predeterminados que pueden afectar la forma en que aparece una página web. Por ejemplo, una fuente podría rendir de manera diferente en las ventanas en comparación con los macOS debido a la sustitución de fuentes.
* Extensiones del navegador: Las extensiones del navegador pueden modificar la forma en que se muestran las páginas web, introduciendo más inconsistencias.
* Versiones del navegador: Incluso dentro del mismo navegador, diferentes versiones pueden tener diferentes capacidades de representación y correcciones de errores que influyen en el resultado visual.
* Diferencias de hardware: La resolución, el tamaño de la pantalla y el DPI de diferentes dispositivos afectarán significativamente el diseño visual de un sitio web receptivo, pero incluso los sitios no respondientes mostrarán diferencias dependiendo del tamaño de la pantalla.
Los desarrolladores trabajan duro para minimizar estas diferencias utilizando técnicas como el diseño receptivo y las cuidadosas pruebas de navegador cruzado, pero lograr una consistencia perfecta de píxeles en todas las plataformas y navegadores es casi imposible. Las discrepancias visuales menores son comunes y generalmente se consideran aceptables a menos que afecten la funcionalidad del sitio web.