* Nuevas características: Adiciones significativas a la funcionalidad del software, no solo mejoras incrementales a las características existentes. Piense en módulos o capacidades completamente nuevos, en lugar de ajustar los existentes.
* Cambios arquitectónicos: Alteraciones a la estructura o diseño subyacente del software. Esto podría implicar un cambio a una nueva pila de tecnología, un rediseño importante de la interfaz de usuario o una mejora significativa en la escalabilidad o rendimiento del software.
* Cambios de ruptura: Modificaciones que pueden hacer que el código o las configuraciones existentes incompatibles con el software actualizado. Los usuarios pueden necesitar hacer ajustes significativos a sus flujos de trabajo o datos para adaptarse.
* Rendimiento y estabilidad mejorados: Si bien las actualizaciones menores pueden abordar los errores, una actualización importante a menudo implica mejoras sustanciales en la velocidad, la capacidad de respuesta y la estabilidad general.
* Overhaul significativa de UI/UX: Un rediseño completo de la interfaz de usuario y la experiencia del usuario, lo que hace que el software sea significativamente más fácil o más intuitivo de usar.
Esencialmente, una actualización importante significa un paso sustancial en la evolución del producto, proporcionando a los usuarios una experiencia o capacidades notablemente mejoradas. A menudo se le da un nuevo número de versión que refleja la magnitud de los cambios (por ejemplo, pasando de la versión 1.0 a 2.0, o de 10 a 11, dependiendo del esquema de versiones). La actualización puede requerir pruebas y validación más extensas en comparación con actualizaciones menores.