* Instalación manualmente de actualizaciones en cada máquina: Esto es muy poco confiable porque es propenso al error humano y la aplicación inconsistente en muchas computadoras. Alguien podría olvidar, omitir una actualización crítica o instalar la incorrecta.
* Confiando únicamente en las notificaciones del usuario: Los usuarios pueden ignorar las indicaciones de actualización o carecer de las habilidades técnicas para abordar los problemas que surgen de una actualización.
* Uso de un horario de actualización muy agresivo/no administrado (forzando actualizaciones durante los tiempos de uso máximo): Si bien esto garantiza que se instalen actualizaciones, interrumpe el flujo de trabajo del usuario y puede conducir a la frustración y una posible pérdida de datos si no se planifica cuidadosamente.
Los métodos que * son * generalmente confiables incluyen:
* Uso de Windows Server Update Services (WSUS) o Microsoft Endpoint Manager (Intune): Estas herramientas permiten que la gestión centralizada y el control sobre las actualizaciones, incluidas las pruebas y los despliegue por etapas, minimicen la interrupción.
* Uso de un sistema robusto de parches y automatización: Estas herramientas automatizan el proceso de actualización, prueban problemas de compatibilidad antes de una amplia implementación y permiten retroceder si ocurren problemas.
Por lo tanto, la respuesta será la opción entre las opciones dadas que es equivalente a uno de los métodos poco confiables enumerados anteriormente.