* Rendimiento mejorado: Las tarjetas gráficas se vuelven significativamente más rápidas con el tiempo. Las tarjetas más nuevas ofrecen velocidades de cuadro más altas, un mejor soporte de resolución (como 4K u 8K) y un rendimiento mejorado en los juegos y aplicaciones exigentes. Las cartas más antiguas pueden tener dificultades para ejecutar los últimos juegos en entornos aceptables.
* Nuevas características: Las tarjetas más nuevas admiten características avanzadas como el trazado de rayos, DLSS (Deep Learning Super Sample) y otras tecnologías que mejoran la fidelidad y el rendimiento visuales. Estas características a menudo no están disponibles en hardware más antiguo.
* Compatibilidad del juego: Algunos juegos requieren un nivel mínimo de rendimiento de la tarjeta gráfica, y las tarjetas más antiguas pueden no cumplir con esos requisitos. Esto se vuelve cada vez más relevante a medida que los juegos se vuelven más exigentes gráficamente.
* Avances tecnológicos: Más allá de la potencia de procesamiento sin procesar, existen mejoras arquitectónicas en tarjetas más nuevas que conducen a un consumo de energía más eficiente y una mejor gestión térmica. Las tarjetas más antiguas pueden funcionar más calientes y consumir más energía para un rendimiento similar.
* Resolución y actualización de actualización: Las resoluciones más altas (como 4K) y las tasas de actualización más altas (como 144Hz o más) exigen significativamente más potencia de procesamiento de gráficos. Es posible que las tarjetas más antiguas no puedan manejar estas configuraciones adecuadamente.
* falla/actualización de todo su sistema: A veces, una tarjeta de video simplemente falla. O puede estar construyendo o actualizando una computadora completa y requerir una nueva tarjeta de video compatible para que coincida con los otros componentes.
En resumen, comprar una nueva tarjeta de video es una cuestión de equilibrar el costo y el rendimiento deseado. Si su tarjeta actual satisface sus necesidades, no hay una razón convincente para actualizar. Pero si está experimentando problemas de rendimiento, desea acceso a nuevas funciones o está construyendo un nuevo sistema, entonces una nueva tarjeta de video se convierte en una necesidad o una mejora altamente deseable.