El orador, un humano, está cargado de previsión y reflexión. Él entiende las complejidades de la vida humana, incluida la devastación del trabajo perdido y el peso de los errores pasados y las incertidumbres futuras. La simple existencia del ratón, libre de tales preocupaciones, es, irónicamente, una fuente de envidia para el altavoz. Su "bendición" es pariente:es una bendición * en comparación con la condición humana cargada * del hablante.