* Portabilidad: Los teclados físicos son generalmente más voluminosos y pesados que los teclados en pantalla, lo que los hace menos portátiles, especialmente para computadoras portátiles y tabletas más pequeñas. Esto limita su uso en situaciones donde el espacio y el peso son críticos.
* Costo: Los teclados físicos de alta calidad pueden ser significativamente más caros que los teclados incorporados que se encuentran en la mayoría de los dispositivos.
* Requisitos de espacio: Requieren espacio de escritorio dedicado, lo que puede ser un problema en pequeños espacios de trabajo o en la marcha.
* Durabilidad: Si bien algunos son increíblemente robustos, los teclados físicos pueden dañarse por derrames, gotas o impacto físico, que requieren reparación o reemplazo.
* Mantenimiento: Pueden acumular polvo y escombros entre las teclas, potencialmente afectando el rendimiento y que requieren limpieza.
* Compatibilidad: Algunos teclados físicos pueden no ser compatibles con todos los sistemas o dispositivos operativos, que requieren controladores o software específicos.
* Curva de aprendizaje inicial (para algunos): Si bien muchos los encuentran intuitivos, algunos usuarios pueden requerir un período de ajuste para la transición de un teclado en pantalla, particularmente con diferentes diseños de teclas.
* No es adecuado para todos los entornos: El uso de un teclado físico puede no ser práctico en ciertas situaciones, como en un tren lleno de baches o en un asiento de avión estrecho.
Estas desventajas son relativas y su importancia depende de las necesidades y preferencias individuales. Los beneficios a menudo superan los inconvenientes para muchos usuarios, especialmente aquellos que escriben con frecuencia.