Ventajas:
* Tamaño compacto: Este es el mayor atractivo. Son significativamente más pequeños que los sistemas ATX estándar, lo que los hace ideales para espacios donde una torre de tamaño completo no sería práctico, como oficinas pequeñas, dormitorios o centros de medios.
* Facilidad de ensamblaje/mantenimiento: Menos componentes significan un ensamblaje más simple y una resolución de problemas más fácil. No hay una CPU separada para instalar, lo que reduce el riesgo de daños durante el edificio.
* Mayor costo (potencialmente): Dependiendo de los componentes específicos, un sistema construido alrededor de una placa base micro-ATX con una CPU integrada puede ser más barata que un sistema comparable con una CPU y una placa base discretas. La CPU integrada elimina un componente de costo significativo.
* Mayor consumo de energía: Las GPU integradas generalmente consumen menos energía que las tarjetas gráficas dedicadas, lo que resulta en facturas de electricidad más bajas y menos generación de calor. Esto es particularmente beneficioso para los sistemas siempre activos.
* Operación tranquila: Con una CPU menos potente y sin tarjeta gráfica dedicada, estos sistemas tienden a ser más silenciosos que los sistemas con componentes discretos, especialmente bajo cargas de luz.
Desventajas:
* Limited actualización: La mayor desventaja. La CPU se suelde a la placa base, lo que significa que no puede actualizar el procesador en absoluto. Esto afecta significativamente la vida útil y la prueba futura del sistema. Estás encerrado en el rendimiento de esa CPU específica.
* Rendimiento más bajo: Las CPU integradas generalmente ofrecen capacidades de potencia de procesamiento y gráficos significativamente más bajas que las CPU y las GPU dedicadas. Esto limita su idoneidad para tareas exigentes como juegos, edición de video o representación 3D.
* Opciones de expansión limitadas: Las placas base micro-ATX generalmente tienen menos ranuras de expansión (PCIe, RAM) en comparación con las placas base ATX. Esto restringe la capacidad de agregar componentes adicionales como unidades de almacenamiento adicionales, tarjetas de sonido o tarjetas de captura en el futuro.
* Posibles cuellos de botella: Las capacidades gráficas integradas pueden crear un cuello de botella si la CPU en sí no es lo suficientemente potente como para manejar las tareas que se realizan, incluso si otros componentes son más potentes.
* Gestión del calor: Si bien a menudo es más tranquila, la gestión del calor puede ser una preocupación en factores de forma más pequeños. El enfriamiento insuficiente puede conducir a un estrangulamiento térmico y un rendimiento reducido.
En resumen:
Las placas base Micro-ATX con CPU integradas son excelentes opciones para los usuarios que priorizan el espacio, la facilidad de uso, la operación tranquila y el costo potencialmente más bajo, y cuyas necesidades informáticas son relativamente modestas. Sin embargo, no son adecuados para los usuarios que requieren alto rendimiento, mejorabilidad significativa o planean usar su sistema para tareas exigentes. La "mejor" elección depende en gran medida de las necesidades y prioridades específicas del usuario.