1. Centrarse en entregables técnicos: Los profesionales de TI a menudo están profundamente absortos en los aspectos técnicos de un proyecto (codificación, arquitectura, diseño, pruebas) y pueden priorizarlos sobre la tarea menos glamorosa, pero igualmente crucial, de seguimiento y control de costos meticulosos. El desafío técnico a menudo eclipsa el financiero.
2. Presión para entregar rápidamente: Los plazos ajustados y los horarios de proyectos agresivos pueden impulsar las consideraciones de costos al quemador trasero. Cumplir una fecha límite puede parecer más importante que mantenerse dentro del presupuesto, especialmente en un entorno competitivo.
3. Falta de entrenamiento y experiencia: La gestión de costos es un conjunto de habilidades especializadas. Muchos profesionales de TI no han recibido capacitación formal en metodologías de gestión de proyectos que enfatizan el presupuesto, el pronóstico y el control de costos. La experiencia viene con el tiempo, y los profesionales más jóvenes pueden carecer de la experiencia para gestionar efectivamente los costos del proyecto.
4. Subestimación de los costos: Las estimaciones iniciales del proyecto pueden ser notoriamente inexactas. Las complejidades imprevistas, los cambios en los requisitos y la dificultad inherente de predecir con precisión las necesidades de recursos pueden conducir a sobrecargas significativas. Esto a veces puede crear una sensación de impotencia:"Intentamos presupuestar, pero las cosas simplemente cambiaron demasiado".
5. Dificultad para el seguimiento de los costos: El seguimiento con precisión de todos los costos del proyecto (mano de obra, licencias de software, hardware, servicios en la nube, proveedores externos, etc.) puede ser un desafío, especialmente en proyectos más grandes y complejos. La falta de herramientas o procesos apropiados hace que esta tarea sea aún más desalentadora.
6. Sesgo de optimismo: Existe una tendencia a ser demasiado optimista sobre los plazos del proyecto y las necesidades de recursos. Esto puede conducir a subestimar el costo desde el principio y dificultar la gestión de los gastos más adelante.
7. Cultura organizacional: En algunas organizaciones, una cultura que prioriza la velocidad y la innovación sobre la gestión meticulosa de los costos puede alentar inadvertidamente la negligencia del control de costos. Si los presupuestos se gestionan libremente en un nivel más alto, gotea.
8. Falta de responsabilidad: Si falta una clara responsabilidad por la gestión de costos dentro de un equipo de proyecto, es fácil para los costos en espiral sin que nadie sea responsable directamente.
9. Percepción de baja prioridad: La gestión de costos podría percibirse como una tarea administrativa tediosa, en lugar de un elemento crucial del éxito del proyecto. Este concepto erróneo puede conducir a un tiempo y un esfuerzo insuficientes que se dedican a él.
Abordar estos problemas requiere un enfoque múltiple, que incluye una mejor capacitación en la gestión de proyectos, una mejor planificación de proyectos y técnicas de estimación, sistemas sólidos de seguimiento de costos y una sólida cultura organizacional que valora la gestión de costos como un factor clave en el éxito del proyecto.