No había un solo precio de "computadora" en 1936 porque el concepto de una computadora tal como la conocemos hoy no existía. Lo que existía eran las máquinas calculadoras electromecánicas tempranas, que eran dispositivos muy caros y personalizados utilizados principalmente por universidades, gobiernos y grandes empresas. No hay una lista de precios fácilmente disponible. El costo habría dependido en gran medida de la complejidad de la máquina específica y el fabricante. Es seguro decir que el costo habría estado en decenas o incluso cientos de miles de dólares en el dinero de hoy, una suma verdaderamente masiva.