Los sistemas de alta especificación a menudo necesitan fuentes de alimentación de 750W a 1000W o incluso más, dependiendo de los componentes específicos utilizados. Es crucial verificar los requisitos de potencia de todos los componentes individuales (especialmente la CPU y la GPU) y agregarlos para determinar la potencia mínima necesaria. También es una buena práctica agregar algo de espacio para la cabeza (por ejemplo, 100-200W) para futuras actualizaciones o demandas máximas de energía.
Además, la * calidad * de la fuente de alimentación también es importante. Una PSU de alta calidad con certificación de oro o platino de 80+ proporcionará una mejor eficiencia y estabilidad, lo cual es especialmente importante para los sistemas exigentes. Una PSU barata y de baja calidad puede fallar bajo una carga pesada, potencialmente dañando otros componentes en su PC.