1. Apague por completo: Esta es la opción más eficiente de energía. El modo Hibernate usa una pequeña cantidad de potencia, pero un apagado completo usa prácticamente ninguno.
2. Deshabilitar el modo de suspensión (si es necesario): Si bien el modo de suspensión es conveniente, todavía consume cierta potencia. Si sale de su computadora portátil durante mucho tiempo (días o semanas), y le preocupa incluso el pequeño drenaje, puede deshabilitar por completo el modo de suspensión. Esto requiere cambiar la configuración de potencia en Windows.
3. Desenchufe el cable de alimentación: Incluso cuando se apaga, algunas computadoras portátiles pueden extraer una pequeña cantidad de potencia del adaptador. Desenchufar el cargador elimina esto.
4. Cierre todas las aplicaciones: Asegúrese de que todos los programas estén cerrados antes de apagar. Los procesos de fondo pueden continuar utilizando pequeñas cantidades de energía incluso cuando el sistema parece inactivo.
5. Apague Wi-Fi y Bluetooth: Estas características consumen potencia incluso cuando no se usan activamente. Deshabilíele en la configuración de su sistema antes de apagar.
6. Reduzca el brillo de la pantalla: Antes de apagar, baje el brillo de la pantalla a su configuración mínima. Si bien esto no afecta el consumo de energía cuando la computadora portátil está completamente apagada, es una buena práctica y puede ayudar a reducir el uso de energía durante los períodos cortos en los que se encuentra.
7. Considere un plan de ahorro de energía: Windows tiene diferentes planes de energía (por ejemplo, equilibrado, ahorrador de potencia, alto rendimiento). Cambie al plan de "ahorro de energía" antes de apagar. Esto reducirá aún más el consumo de energía.
En resumen: La estrategia óptima de ahorro de energía implica cerrar completamente su computadora portátil, desconectar el cable de alimentación y deshabilitar Wi-Fi y Bluetooth. Estos pasos aseguran el consumo de energía mínimo posible. Si no está seguro, apagar por completo es siempre la apuesta más segura.