* escalabilidad: RIPV2 tiene un recuento máximo de lúpulo de 15. Esto restringe severamente el tamaño de la red que puede enrutar efectivamente. Más allá de los 15 lúpulos, las rutas se vuelven inalcanzables, incluso si existe un camino. Grandes redes inevitablemente exceden este límite.
* Tiempo de convergencia: RIPV2 utiliza un algoritmo de enrutamiento de vector de distancia con un tiempo de convergencia relativamente lento. Esto significa que después de un cambio de topología, puede tomar una cantidad considerable de tiempo para que las tablas de enrutamiento se actualicen y se estabilicen. En una red grande, esta lenta convergencia puede conducir a una inestabilidad de enrutamiento y interrupciones de red significativas.
* Tamaño de la tabla de enrutamiento: El tamaño de la tabla de enrutamiento de RIPV2 crece linealmente con el número de redes conectadas. Las redes grandes pueden abrumar rápidamente el espacio disponible en las tablas de enrutamiento, particularmente en enrutadores con recursos limitados.
* Falta de características: En comparación con los protocolos de enrutamiento modernos como OSPF o EIGRP, RIPV2 carece de muchas características cruciales para una gran gestión de redes, como:
* Soporte para VLSM (enmascaramiento de subred de longitud variable): La asignación eficiente de direcciones IP es crítica en redes grandes. RIPV2 no admite VLSM, lo que lleva a un uso ineficiente de direcciones.
* Autenticación: RIPV2 ofrece características de seguridad limitadas, lo que lo hace vulnerable a los ataques de enrutamiento en redes más grandes y complejas.
* Soporte para grandes redes y topologías complejas: RIPV2 lucha con la complejidad de grandes redes que pueden tener múltiples áreas de enrutamiento o requieren diseños de enrutamiento jerárquicos.
En resumen, si bien RIPV2 podría ser adecuado para redes muy pequeñas y simples, sus limitaciones lo hacen inadecuado para las demandas y la escala de grandes redes. OSPF, EIGRP o BGP son opciones mucho mejores para organizaciones más grandes.