1. Capacidad: La cantidad total de datos que el nuevo dispositivo puede almacenar (por ejemplo, 1TB, 2TB, etc.). Esto debe satisfacer o superar las necesidades de almacenamiento actuales y permitir un crecimiento futuro.
2. Interfaz: El tipo de conexión física y eléctrica (por ejemplo, SATA, NVME, SAS, USB). El nuevo dispositivo debe ser compatible con las interfaces disponibles del sistema.
3. Factor de forma: El tamaño físico y las dimensiones del dispositivo (por ejemplo, 2.5 pulgadas, 3.5 pulgadas para discos duros; M.2, U.2 para SSD). Esto garantiza que el nuevo dispositivo se ajuste al espacio disponible dentro de la computadora o recinto.