1. Requisitos de rendimiento:
* Capacidad: ¿Cuántos datos deben almacenarse? Esto dicta el tamaño del sistema de almacenamiento necesario. Considere el crecimiento futuro y el plan en consecuencia.
* velocidad: ¿Qué tan rápido deben acceder a los datos? Esto afecta la elección entre diferentes tecnologías (por ejemplo, SSD vs. HDD, diferentes protocolos de red). Considere las velocidades de lectura y escritura por separado, ya que a menudo difieren.
* Latencia: ¿Cuánto tiempo se tarda en recuperar datos? La baja latencia es crucial para aplicaciones que requieren tiempos de respuesta rápidos.
* rendimiento: ¿Cuántos datos se pueden transferir por unidad de tiempo? Importante para grandes transferencias de datos y operaciones de copia de seguridad/restauración.
* IOPS (operaciones de entrada/salida por segundo): Especialmente relevante para bases de datos y entornos de máquinas virtuales, esto mide el número de solicitudes de lectura/escritura que el almacenamiento puede manejar por segundo.
2. Consideraciones de costos:
* Precio de compra: La inversión inicial en hardware y software.
* Costos operativos: Esto incluye consumo de energía, enfriamiento, mantenimiento y posibles tarifas de licencia.
* Costo de almacenamiento por GB: Compare el costo de diferentes opciones de almacenamiento por unidad de capacidad de almacenamiento.
* Costo total de propiedad (TCO): Considere todos los costos sobre la vida útil del almacenamiento, incluida la compra inicial, el mantenimiento y los reemplazos potenciales.
3. Escalabilidad y flexibilidad:
* escalabilidad: ¿Puede el sistema de almacenamiento acomodar fácilmente el crecimiento futuro en el volumen de datos y los requisitos de rendimiento?
* Expandidabilidad: ¿Qué tan fácil es agregar más capacidad de almacenamiento según sea necesario?
* Flexibilidad: ¿El sistema admite varios tipos y aplicaciones de datos? ¿Se puede integrar fácilmente con la infraestructura existente?
4. Confiabilidad y disponibilidad:
* Protección de datos: ¿Cómo se protegen los datos contra la pérdida o la corrupción (por ejemplo, niveles de RAID, copias de seguridad, replicación)?
* Durabilidad: ¿Cuánto tiempo durará el almacenamiento antes de requerir reemplazo? El tiempo medio entre fallas (MTBF) es una métrica clave.
* Redundancia: ¿Existen mecanismos para garantizar una operación continua incluso si los componentes fallan? (por ejemplo, RAID, múltiples controladores)
* Objetivo de tiempo de recuperación (RTO): ¿Cuánto tiempo puede bajar el sistema antes de causar una interrupción comercial inaceptable?
* Objetivo de punto de recuperación (RPO): ¿Cuánta pérdida de datos es aceptable en caso de falla?
5. Seguridad:
* Cifrado de datos: ¿Los datos están encriptados tanto en tránsito como en reposo para protegerlo del acceso no autorizado?
* Control de acceso: ¿Cómo se controla el acceso al sistema de almacenamiento para evitar que los usuarios no autorizados accedan a datos confidenciales?
* Cumplimiento: ¿La solución de almacenamiento cumple con las regulaciones relevantes de la industria y los estándares de cumplimiento (por ejemplo, HIPAA, GDPR)?
6. Gestión y administración:
* Facilidad de gestión: ¿Qué tan fácil es administrar y administrar el sistema de almacenamiento? Esto incluye monitoreo, configuración y mantenimiento.
* Integración con sistemas existentes: ¿El sistema se integra perfectamente con las herramientas de gestión y infraestructura de TI existentes?
* Soporte y mantenimiento: ¿Qué nivel de apoyo proporciona el proveedor? ¿Hay acuerdos de nivel de servicio (SLA) en su lugar?
7. Tipo de almacenamiento secundario:
* cinta: Rentable para el archivo pero los tiempos de acceso lentos.
* Sistemas basados en disco (NAS, SAN, Almacenamiento de objetos): Ofrezca varias opciones de rendimiento y escalabilidad.
* Almacenamiento en la nube: Escalable, flexible y, a menudo, rentable para grandes conjuntos de datos, pero requiere conectividad de red y puede tener bloqueo de proveedores.
Al considerar cuidadosamente estos factores, las organizaciones pueden seleccionar una solución de almacenamiento secundario que satisfaga sus necesidades y presupuesto específicos al tiempo que garantiza la protección de los datos, el rendimiento y la escalabilidad. La elección óptima dependerá en gran medida de la aplicación y el caso de uso específico.