1. Costo por gigabyte: Esto abarca el precio de compra inicial de los medios, así como los costos continuos del espacio de almacenamiento, el consumo de energía (para ciertas soluciones) y cualquier necesidad de mantenimiento o reemplazo. Los diferentes tipos de medios (cinta, almacenamiento en la nube, discos duros) tienen puntos de precio muy diferentes por gigabyte, lo que influye en el costo total de archivar grandes conjuntos de datos con el tiempo.
2. Longevidad y confiabilidad de los datos: ¿Cuánto tiempo permanecerán accesibles y legibles los datos sin degradación ni pérdida? Esto es crucial para los archivos. Algunos medios, como la cinta magnética, tienen una vida útil limitada y son susceptibles a los factores ambientales. Otros, como los proveedores de almacenamiento en la nube, ofrecen niveles variables de durabilidad y redundancia de datos, pero su confiabilidad depende de la infraestructura y las políticas del proveedor. Considere factores como la degradación de los medios, la pudrición de bits y el historial de integridad de datos del proveedor.
3. Velocidad de accesibilidad y recuperación: ¿Qué tan rápido necesita acceder a los datos archivados? Si bien algunos archivos son puramente para preservación a largo plazo y recuperación poco frecuente, otros pueden requerir datos más fácilmente accesibles. Este factor afecta directamente la elección entre, por ejemplo, almacenamiento de cinta lento pero barato en comparación con el almacenamiento de nubes o más costoso más costoso o de disco cercano a la línea. Considere la frecuencia del acceso a los datos y el tiempo de recuperación aceptable al elegir.