A
SSD portátil (unidad de estado sólido) es la coincidencia más cercana a esa descripción. Si bien no están completamente libres de energía (necesitan energía para operar), consumen significativamente menos potencia que los discos duros (HDD) tradicionales y ofrecen portabilidad. Su bajo consumo de energía los hace adecuados para su uso con dispositivos y situaciones portátiles donde la energía es limitada.