Incluso si intenta borrar selectivamente solo archivos o carpetas específicas, existe el riesgo de:
* Fragmentación: Los programas y sus datos a menudo se distribuyen en múltiples sectores en el disco duro. Eliminar archivos individuales puede dejar los restos dispersos, haciendo posible la recuperación.
* Metadatos del sistema de archivos: El sistema de archivos (por ejemplo, NTFS, FAT32) realiza un seguimiento de los archivos y sus ubicaciones. Simplemente eliminar archivos no elimina estos metadatos, lo que potencialmente permite la recuperación.
* Remnants de datos: Las unidades modernas emplean varias estrategias de escritura, por lo que los datos eliminados pueden permanecer en la unidad hasta que se sobrescriben.
Para "borrar" un disco duro, lo que significa hacer que los datos no sean sin recuperación utilizando técnicas forenses estándar, requiere una herramienta especializada que sobrescribe todo el disco varias veces con datos aleatorios. Este proceso destruirá invariablemente todos los datos, incluidos los programas y sus datos.
Si desea * limpiar * un disco duro sin destruir completamente todo, debe centrarse en estas estrategias:
* Desinstalar programas: Use el desinstalador incorporado del sistema operativo o un programa de desinstalación dedicado. Esto eliminará la mayoría de los archivos de programa, pero podría dejar restos.
* Eliminar archivos y carpetas: Elimine manualmente los archivos y carpetas que ya no necesita. Nuevamente, esto no garantiza la eliminación completa.
* Utilice una función "Secure Elelete" (si está disponible): Algunos sistemas operativos y utilidades de terceros ofrecen opciones de eliminación seguras que sobrescriben los datos de los archivos eliminados, aumentando la dificultad de la recuperación, aunque esto todavía afecta a los programas.
En resumen, una verdadera toallita borra todo. La limpieza implica eliminar archivos, pero deja el potencial de recuperación. Elija el enfoque que mejor se ajuste a sus necesidades y comprensión de los riesgos.