* Mayor rendimiento: Debido a que no está cargado por la necesidad de capacidades de uso general, un procesador dedicado puede lograr velocidades significativamente más altas y un menor consumo de energía para su tarea especializada.
* Mayor consumo de energía: Esto es crucial en las aplicaciones donde la energía es limitada, como sistemas integrados o dispositivos móviles.
* Tamaño más pequeño: Pueden ser más pequeños y simples que los procesadores de propósito general.
* Costo más bajo: Para la producción de alto volumen, el diseño especializado puede ser más barato de fabricar.
Ejemplos de dónde se utilizan procesadores dedicados:
* Unidades de procesamiento de gráficos (GPU): Diseñado para acelerar la representación y el cálculo de gráficos.
* Procesadores de señal digital (DSP): Se utiliza en aplicaciones que requieren procesamiento en tiempo real de señales, como procesamiento de audio y video, telecomunicaciones y adquisición de datos del sensor.
* procesadores de red: Manejar la gestión y el enrutamiento de la red.
* ASICS de minería de criptomonedas: Diseñado específicamente para extraer ciertas criptomonedas.
* aceleradores: Procesadores especializados optimizados para tareas de inteligencia artificial como el aprendizaje automático y el aprendizaje profundo.
* Sistemas integrados en electrodomésticos: Encontrado en lavadoras, microondas, etc., controlando funciones específicas.
En resumen, si un sistema necesita realizar una función particular repetidamente y a alta velocidad o baja potencia, un procesador dedicado es a menudo la mejor solución. Sin embargo, carecen de la flexibilidad de un procesador de uso general; No se reprograman fácilmente para realizar diferentes tareas.