* Calidad y fabricación: Las CPU de mayor calidad de los fabricantes acreditados tienden a ser más duraderos.
* Uso: Una CPU utilizada para tareas de luz como la navegación web durará mucho más de una constantemente bajo una carga pesada, como juegos, edición de video o minería de criptomonedas. Las altas temperaturas reducen significativamente la vida útil.
* enfriamiento: El enfriamiento adecuado es crucial. El sobrecalentamiento es la causa más común de falla prematura de la CPU.
* Fuente de alimentación: Una fuente de alimentación estable y suficiente protege la CPU de los picos y fluctuaciones de voltaje.
* Overclocking: El overclocking empuja la CPU más allá de sus especificaciones diseñadas, acortando significativamente su vida útil.
* Daño físico: Los impactos físicos o la exposición a entornos extremos pueden dañar la CPU.
Si bien las CPU están diseñadas para ser robustas, muchos durarán 5-10 años con uso moderado y cuidado adecuado. Sin embargo, no es raro que una CPU dure mucho más, o falle mucho antes dependiendo de los factores anteriores. Finalmente, incluso con un uso cuidadoso, avances tecnológicos y una CPU puede quedarse obsoleta y tener un rendimiento inferior en relación con los modelos más nuevos, lo que provoca un reemplazo incluso si aún es funcional.