* Computación heterogénea: Este es un enfoque más nuevo donde un sistema utiliza diferentes tipos de procesadores para tareas específicas. Por ejemplo:
* Una CPU optimizada para la informática general puede emparejarse con una GPU (unidad de procesamiento de gráficos) para tareas aceleradas como edición de video o aprendizaje automático.
* Algunos sistemas pueden usar un procesador especializado para tareas como el procesamiento de la red o el cifrado de datos.
* Sistemas heredados: Las computadoras más antiguas podrían haber tenido múltiples CPU (como una CPU principal y un coprocesador) que fueron diseñados para diferentes fines. Sin embargo, esto es menos común hoy.
Por qué es raro:
* Compatibilidad: Mezclar diferentes tipos de CPU puede crear problemas de compatibilidad, especialmente si tienen diferentes conjuntos de instrucciones o arquitecturas de memoria.
* Complejidad: Administrar múltiples tipos de CPU agrega complejidad al diseño y operación del sistema.
* Costo: Tener múltiples CPU puede ser costoso, especialmente si son procesadores de alta gama.
Ejemplos:
* Consolas de juegos: Muchas consolas de juegos modernas utilizan una combinación de CPU y GPU para un rendimiento óptimo.
* supercomputadoras: Estos sistemas a menudo tienen múltiples CPU de diferentes tipos para manejar diversas tareas.
* servidores: Algunos servidores utilizan procesadores especializados para funciones específicas como la aceleración de la red o el cifrado de datos.
Si bien tener múltiples tipos de CPU no es la norma, se está volviendo más común en entornos informáticos especializados. A medida que la tecnología avanza, podemos ver más sistemas con arquitecturas heterogéneas diseñadas para maximizar el rendimiento y la eficiencia.