* CPU diferentes, diferentes velocidades: Las CPU varían mucho en su potencia de procesamiento. Un procesador de teléfonos inteligentes de baja potencia será mucho más lento que una CPU de escritorio de alta gama.
* Complejidad de instrucciones: No todas las instrucciones son iguales. Algunos son muy simples (como agregar dos números), mientras que otros son complejos (como los cálculos de punto flotante o el acceso a la memoria). Una CPU podría procesar muchas instrucciones simples en un segundo, pero muchas menos complejas.
* Velocidad y tuberías del reloj: Las CPU funcionan a una velocidad de reloj específica, medida en Gigahertz (GHz). Sin embargo, las CPU modernas usan técnicas como tuberías para ejecutar múltiples instrucciones simultáneamente, logrando efectivamente un mayor rendimiento de lo que sugeriría su velocidad de reloj.
* Arquitectura del conjunto de instrucciones (ISA): Diferentes familias de CPU (como Intel X86, ARM, etc.) tienen diferentes ISA. El número de instrucciones que pueden procesar por segundo puede variar significativamente.
En lugar de un solo número, aquí hay una forma más útil de pensar en el rendimiento de la CPU:
* puntajes de referencia: Los sitios web como Passmark y Geekbench proporcionan puntajes de referencia que comparan el rendimiento de las diferentes CPU en varias tareas. Estos puntajes ofrecen una imagen más realista de cómo funcionarán diferentes CPU en situaciones del mundo real.
* Recuento de núcleo y hilos: Las CPU modernas a menudo tienen múltiples núcleos e hilos. Esto les permite ejecutar múltiples instrucciones simultáneamente, aumentando aún más su rendimiento general.
En conclusión:
En lugar de centrarse en un recuento de instrucciones específico, es más útil ver las puntuaciones de referencia, la velocidad del reloj, el recuento de núcleo y las tareas específicas para las que se utilizará una CPU.