- Número de núcleos: Una CPU con más núcleos puede procesar más datos simultáneamente que una CPU con menos núcleos, incluso si tienen la misma velocidad de reloj.
- Tamaño de caché: El caché es una pequeña cantidad de memoria de alta velocidad que almacena datos a los que se accede con frecuencia para que puedan recuperarse rápidamente. Una CPU con una caché más grande puede acceder a los datos más rápidamente que una CPU con una caché más pequeña, incluso si tienen la misma velocidad de reloj.
- Ancho de banda de la memoria: El ancho de banda de la memoria determina la rapidez con la que se pueden transferir los datos entre la CPU y la memoria. Una CPU con un ancho de banda de memoria mayor puede acceder a los datos más rápidamente que una CPU con un ancho de banda de memoria menor, incluso si tienen la misma velocidad de reloj.
- Arquitectura del conjunto de instrucciones (ISA): La ISA es el conjunto de instrucciones que la CPU puede entender y ejecutar. Una CPU con una ISA más eficiente puede ejecutar instrucciones más rápidamente que una CPU con una ISA menos eficiente, incluso si tienen la misma velocidad de reloj.
- Consumo de energía: Una CPU que consume más energía puede no ser tan eficiente como una CPU que consume menos energía, incluso si tienen la misma velocidad de reloj.
En general, una velocidad de reloj más alta es mejor, pero es importante considerar los otros factores enumerados anteriormente al elegir una CPU.