* Tratamiento de residuos: Esta es la función principal. Los biodigestores descomponen los desechos orgánicos, como estiércol animal, residuos agrícolas, desperdicio de alimentos y lodo de aguas residuales, reduciendo su volumen y eliminando los olores desagradables. Gestionan y tratan de manera efectiva este desperdicio, evitando la contaminación ambiental.
* Producción de biogás: El proceso de digestión anaerobia produce biogás, una mezcla compuesta principalmente de metano (CH4) y dióxido de carbono (CO2). Este biogás se puede utilizar como fuente de energía renovable para cocinar, calefacción, generación de electricidad o incluso combustible de transporte.
* Digestate Production: El material restante después de la producción de biogás se llama Digestate. Este es un fertilizante orgánico rico en nutrientes que puede usarse para enriquecer el suelo, mejorar los rendimientos de los cultivos y reducir la necesidad de fertilizantes sintéticos. Es un subproducto valioso que contribuye a la agricultura sostenible.
* Control de la enfermedad: Al romper los desechos orgánicos, los biodigestres eliminan los patógenos y los microorganismos dañinos presentes en los materiales de entrada, reduciendo significativamente el riesgo de que se propagan enfermedades a través de desechos contaminados.
* Reducción de emisiones de gases de efecto invernadero: Al capturar y utilizar el metano producido durante la digestión anaeróbica, los biodigestores evitan que este potente gas de efecto invernadero escape a la atmósfera, contribuyendo a la mitigación del cambio climático. También reducen las emisiones de la eliminación de desechos orgánicos en los vertederos.
* Control de olor: El proceso anaeróbico reduce significativamente los olores de falta asociados con la materia orgánica en descomposición.
En resumen, los biodigesters ofrecen una solución sostenible y ecológica para la gestión de residuos, la generación de energía y la producción de fertilizantes, contribuyendo a una economía circular.