Varios factores contribuyeron a su eventual disminución a favor de las computadoras:
* Costo: Las máquinas de escribir eléctricas fueron significativamente más caras que las manuales, lo que los puso fuera del alcance de muchas personas y empresas más pequeñas.
* funcionalidad: Mientras ofrecía facilidad de uso en comparación con las máquinas manuales, las máquinas de escribir eléctricas todavía estaban limitadas en sus capacidades. No podían realizar funciones como corrección de ortografía, editar fácilmente (más allá de Strikethroughs y White-Out) o guardar múltiples versiones de documentos. Las computadoras ofrecían una flexibilidad y opciones de edición significativamente mayores.
* Avances tecnológicos: El desarrollo de computadoras personales asequibles y accesibles con software de procesamiento de textos hizo obsoleto la máquina de escribir eléctrica. La capacidad de editar fácilmente, guardar, imprimir múltiples copias y manipular el texto superó con creces las capacidades de una máquina de escribir eléctrica.
* Espacio y mantenimiento: Las máquinas de escribir eléctricas, mientras que más compactos que algunas configuraciones de computadora tempranas, aún ocupaban un espacio de escritorio considerable. También requirieron mantenimiento y reparación, a diferencia del software que, aunque ocasionalmente necesitaba actualización, era generalmente menos propenso a problemas mecánicos.
En resumen, la máquina de escribir eléctrica no fue una falla, sino más bien una tecnología de transición. Fue una mejora marcada sobre su predecesor manual, pero sus limitaciones fueron rápidamente expuestas por las capacidades superiores y la versatilidad general de las computadoras personales y el software de procesamiento de palabras.